La guitarra clásica a lo largo de la historia
La guitarra clásica es un instrumento de largo recorrido histórico. Sus precedentes más remotos datan del año 1000 a. C., en el ámbito cultural de Oriente Próximo, aunque no podría trazarse una línea evolutiva desde aquellos instrumentos hasta la guitarra española de hoy, pero lo que sí está claro es que esta es una derivación de algún instrumento anterior. Existe controversia al respecto: unos afirman que procede de la cítara grecorromana, mientras que otros piensan que deriva del laúd árabe.
En el siglo XIII, Alfonso X el Sabio documenta dos tipos de guitarra: la guitarra morisca y la guitarra latina. De esta última derivan directamente dos instrumentos: la vihuela, muy popular en los ambientes cortesanos ibéricos, y la guitarra propiamente dicha, más utilizada entre el pueblo llano como instrumento de acompañamiento. Se va componiendo música para guitarra y el instrumento se va perfeccionando; en el siglo XVI se le añade una quinta cuerda, hecho atribuido al músico Vicente Espinel.
Durante el siglo XVII, la guitarra gana peso en las cortes europeas, incluso en la Península Ibérica, donde hasta entonces había predominando la vihuela. Aparecen los primeros grandes instrumentistas, como Luis de Briceño, Jean-Baptiste Lully y Francesco Corbetta. A lo largo del siglo XVIII se producirán sobre todo mejoras técnicas, como la adición de la sexta cuerda, que acercaran la guitarra de entonces a lo que es en la actualidad.
La época contemporánea es testigo de la popularización de la guitarra a nivel mundial. Por fin se reconoce su validez como instrumento de concierto, en Estados Unidos se crea la guitarra acústica, y España conoce su edad de oro con autores como Albéniz, Falla y Rodrigo. En el presente, cada vez más jóvenes comienzan a tocar la guitarra gracias al indudable atractivo que tiene este instrumento y la música que produce. Toda una delicia acústica para los sentidos.