Cuestión de oído
Más allá de la técnica, de las escalas, de acordes, de armonía y tablaturas un buen guitarrista debe aprender a entrenar y educar el oído. El desarrollo de esta habilidad es clave para llegar a ser un buen músico que sabe distinguir individualmente cada elemento en el todo que constituye una canción. Se puede tocar la guitarra española de forma muy correcta o académica, pero la formación y perfeccionamiento de un oído musical afinado diferencia a un músico excepcional de un músico correcto.
Mucha práctica y ejercicios de música para guitarra son dos de los elementos más básicos para entrenar el oído. Practicar intervalos con la guitarra española o con guitarra clásica es uno de los primeros pasos. Se puede practicar intervalos con canciones famosas, una forma entretenida y fácil de educar el oído. Otro de los ejercicios básicos es comprobar la posición de intervalos tocando una nota, pensando un intervalo para esa nota y tocándolo tratando de confirmar que suena conforme se ha cantado. Además, tratar de tocar canciones sin mirar las tablaturas, completar mentalmente un solo de guitarra cuando lo estás escuchando e imaginar cuál será la escala que utiliza el guitarrista que toca la canción que suena representan otras formas de agudizar el oído.
Con todas estas premisas en su haber, un guitarrista adquiere nuevas destrezas que le hacen crecer como músico: reconocimiento de cualquier clase de acordes, transcripción de música (el paso previo a poder componer sus propias canciones), improvisación encima de cualquier progresión armónica, afinación sin afinador, mejora de cualidades como guitarrista rítmico y reconocimiento de desafine son algunas de ellas.
En definitiva, una buena educación musical del oído de un guitarrista abre muchas puertas a la creación, ayuda a tocar instintivamente, enriquece la técnica y aumenta la dimensión del músico, y ayuda a sentir nuevas sensaciones como músico que, además de tocar bien, lo hace con el alma.